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domingo, 10 de enero de 2016

Enseñando la bioversidad a los niños, disfrutando Doñana ( I )

Ruta: Circular
Longitud: 2,55 kms
Desnivel: Pocos metros, prácticamente plano.
Dificultad: Baja
Sendero: Completamente realizado con viguetas de madera.
Niño mas pequeño para andar: No hay limite, incluso se puede visitar con carrito de paseo.
Orientación: No hace falta GPS ni brújula ni nada, aprenderse un poco el esquema de los 4 observatorios.
Recomendaciones:
  • No salir del itinerario. Mantener a los niños en corto.
  • Hacer una buena planificación previa revisando las notas de esta entrada por uno mismo. Dejar dicho a alguien a donde vamos. Es bueno saber también a donde ir en caso de urgencia, plantéate que hacer y busca en internet teléfonos o ambulatorios de urgencia por ejemplo.
  • Aunque es una zona sin peligro, hay insectos y plantas como cabría esperar, así que es bueno saber si hay algún alérgico serio en el grupo.
  • Llevar un pequeño botiquín para las caídas tontas o picaduras.
  • Telescopio tipo spot, prismáticos, cámara reflex a ser posible con focales de 18 hasta 300.
  • Agua.
El Parque Nacional de Doñana es un paso privilegiado entre dos continentes para miles de aves que está catalogado como reserva de la biosfera.

Además de paso es un refugio en el sur de Europa tanto para criar como pasar el invierno. Cada uno de los doce meses del año mantiene una rica y variada actividad.

El gran parque en si es más amplio, incluye parques naturales y otros parajes y elementos geormorfológicos asociados en la periferia.

Los centros de visitantes públicos nos permiten acceder a una completa red de senderos y observatorios. Desde ellos podremos pasear y disfrutar visualmente de algunos humedales que se renuevan cada año con las lluvias manteniendo una gran diversidad de flora y fauna. Alcornocales, pinares, matorrales, pastizales, ribera y márgenes son algunos de los ecosistemas que conforman un fantástico mosaico de biodiversidad con los que nuestros hijos pueden empezar a admirar.

Los mas interesantes y a los que se puede llegar fácilmente son :
    Centro de Visitantes El Acebuche
    Centro de Visitantes La Rocina
    Centro de Visitantes Palacio del Acebrón

Al de José Antonio Valverde es dficil llegar por la distancia ( mas de 20 kilometros desde localidades cercanas a Doñana ) y el estado que puede presentar la pista.

Centro de Visitante de La Rocina, Charco de la Boca

En esta ocasión nos hemos pasado por los senderos y observatorios asociados al Centro de Visitantes de La Rocina. A él llegaremos desde la carretera que va a Matalascañas una vez pasado el puente que cruza la marismilla del Rocio. En el siguiente plano podéis obtener la referencia respecto al poblado de El Rocio en la esquina superior derecha.



El "Charco de La Boca" es el humedal formado al oeste de la marisma cercana a la Ermita de el Rocio alimentado sobre todo por el arroyo de La Rocina en su último tramo.

El recorrido discurre por el margen derecho de dicho arroyo y nos conduce hasta cuatro puestos de observación señalizados por indicaciones en sus inmediaciones. Estos puestos son pequeñas chozas con aberturas disponibles cara a los humedales.

En el CV al parecer se puede visionar alguna proyección y obtener alguna información, pero debió ser un mal día para la persona que estaba en la recepción porque no nos ayudó mucho que digamos ( más bien nada ). Lo mejor es ir bien documentados previamente.


El panel exterior es bastante descriptivo respecto a la pequeña red de senderos y como llegar a los 4 observatorios.


A pocos metros del edificio del CV podemos visitar, con la curiosidad que seguro despierta, una choza "rociera" tradicional de la época pasada.



 El recorrido de 2,55km que hicimos fue el figuiente :



El sentido fue siguiendo las agujas del reloj, salimos de la choza rociera y pasamos por el sendero que pasa por detrás del CV dando un rodeo atravesando el llamado Algaida del Carrizal.










A unos pocos metros del cartel anunciando el algaida nos encontramos con un descansadero para tomar un tentempié o algo de sombra.


Ya cerca del desvío a nuestro observatorio de destino nos encontramos con un panel descriptivo algo maltratado por el sol mostrándonos las huellas de algunos de los habitantes del lugar.



Por ejemplo esta ( cochinillo a rayas ):


El desvío que tomamos es el del observatorio "Pato Cuchara".



 La choza está bien cuidada y adecentada tanto para estar un buen rato observando como para descansar y quizas tomar algo. Eso si, cuidando de no romper el silencio reinante.


Pocas fotos puede hacer : algunos invernantes, el ánsar común enseñándonos el culete mientras rebusca en el fondo; y un residente de estas tierras, la cigueña blanca.


Otro invernante dando vueltas, el morito común :


Alguna garceta, cerceta y patos comunes...

La vuelta la hicimos pegados al margen del arroyo para acortar algo ya que se nos echaba la hora de comer encima.

Por el camino vimos muchas orugas, algunas creando simpáticos convoyes de puas...


... y tupidos mantos de helechos...


... entre fresnos, sauces y alcornoques. Una auténtica pasada, los niños se lo pasan pipa.

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